Mientras Luciano y su amigo jugaban tenis en un club,
recibe una visita, su padre, después de ocho que los abandono a su madre y a
él, al verlo, se queda pálido, y temblando, se toma una cerveza, y sale a
recibirlo. Ahí estaba un hombre calvo, le estiro la mano para pedirle unos
chauchas. Y Luciano le dice eso no es la manera de saludar; mas este le
responde disculpa ñato, pero estoy sin trabajo. Luciano le invita a pasar al
club, y en una cantina pidió cerveza y su padre pisco, ambos permanecieron
callados, su amigo, con quien antes había estado jugando tenis, se le
acercó y Luciano lo presento como su padre, el amigo sorprendido, hacía
tiempo que no lo veía dijo Luciano.; he estado en el sur, chile, argentina; yo
me dedico a los negocios de vino, de ferretería añadió el viejo.
El Joven lo miraba atónito, su padre quiso invitar una
copita, Pero Luciano dijo que tenían que terminar una partida de tenis, se
despidió dándole todo el dinero que tenía en su bolsillo. Su padre le dijo que
le espera a las seis en el “jardín de santa rosa”, lugar de recreo. Luciano
llego más de la seis y se puso su mejor zapato, su mejor terno, para
impresionar a su padre, Aunque él sabía por qué lo consideraban en el club;
sabía secretos de los socios. Él fue con la idea de encararlo, al llegar, su
padre le dio un abrazo y él lo correspondió, después de años era necesario un
abrazo, y olvidó de sus ropas de sus rencores, su padre invito unas copas o los
empleados y Luciano se hizo cargo de la cuenta; su fama de guarapero lo hizo
rápidamente famoso, Luciano tuvo que caminar cogiéndolo del brazo, el viejo
hizo una apuesta de una docena de cerveza con los empleados, en el juego el
sapo, ganándolos con facilidad. Luciano asombrado y luego el viejo se jugó una
partida de bochas, ganando con elegancia a sus adversarios. Se retiraron del
jardín santa rosa, salieron abrazados y cantando con dirección al “once Amigos
Bolognesi” a la victoria, y ahí Luciano orgullosamente, grito, señores les
presento a mi padre, nos encontramos en la calle, hacía ocho años que no lo
veía, ahora todo el mundo toma con nosotros, y el viejo rápidamente se hizo de
amigos, y con las historias que inventaba todos lo escuchaban. Tanto fue la
emoción de Luciano, que le dio un beso en la boca a su padre. Todo parecía marchar
bien, hasta que el viejo hablo de su mujer, ella se acostaba con todos, en eso
todos rieron, y al instante que Luciano le reventaba los labios de un cabezazo.
A los dos les votaron a la calle, se dirigieron a una calle, aquí está bien,
dijo el viejo, se remangaron la camisa, cuadrándose tomaron distancia para dar
inicio a la pelea, Luciano vio que su padre tenía la guardia abierta, y cuando
le fue a dar un puñetazo vio el rostro de su padre, que estaba asustado, y se
quedaron mirando, pero el viejo le propino un puñetazo en el esternón y otro
puntapié en el estómago, y cayo el viejo de espaldas en la pista; Luciano salió
corriendo, pero deteniéndose, volvió y arrastro a su padre que dormía en
la pista, lo arrastro hasta la vereda. Volvió para mirar por última vez, esa
ilusión de padre, y se fue.
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